sábado, 6 de abril de 2013

Los Constitucionalistas

Hablemos de la Constitución, entonces. 
"Que no se diga que necesitamos una nueva constitución hacia la cual hay que salir. Esa constitución ya la tenemos: son los actos fundamentales de marzo".
(Mariano Grondona, Carta Política, abril de 1978)
La reelección indefinida no escandalizaba al Doctor cuando el gobierno de facto de sus socios de fe y de clase decidía sobre el tiempo electoral y sobre el tiempo de vida de sus prisioneros. Lo escandaliza pretextuosamente ahora, aunque esa hipótesis carezca de verosimilitud,  con el objetivo no declarado de obligar al enemigo a mostrar sus cartas y poder así apuntar cañones y obuses contra el posible candidato a la sucesión. La Guerra Santa contra la continuidad de la 'impostura' democrática ya fué desatada, los Caballeros de la Orden de la Vaca necesitan un objetivo concreto para aniquilarlo y poder así restablecer su Orden del Privilegio.

–Mariano, ¿es cierto lo que se rumorea: que grupos armados entran a las casas y matan sin piedad?– le preguntaron.
–Sí. Y no me sorprende –contestó Grondona. Hace mucho tiempo que están haciendo esta clase de operativos. Yo mismo estaba al tanto, hace años, de todo eso. 
–¿Son paramilitares? 
–Me han dicho que ahora la táctica que utilizan es diferente. Parece que llaman a cada oficial para que se actúe en determinado operativo. Hasta los de administración son convocados, de noche o de madrugadas. Así todos se comprometen a actuar en el sistema. Para que haya solidaridad, todos se tienen que manchar las manos con sangre. 
(Testimonio de Maud de Cox, esposa del director de The Buenos Aires Herald, David Cox, asistentes a la cena en que Grondona hizo esas declaraciones, en “El Doctor”, de Martín Sivak)
La dictadura cívico-militar está siendo juzgada, pero la pata cívica aún da lecciones de civismo por la cadena nacional de medios privados.

domingo, 30 de octubre de 2011

Neosocs II

Como si hiciera falta una confirmación del post anterior, hoy leemos: Cristina se impuso con el mayor porcentaje de votos y la mayor diferencia con la primera minoría en la historia postdictatorial. Venció en todas las provincias salvo San Luis, en todos los partidos de la provincia de Buenos Aires salvo Rivadavia (cuna del ex dictador Harguindeguy), en todas las grandes ciudades excepto Rosario y en todas las comunas porteñas salvo Recoleta, Palermo, y Núñez-Belgrano- Colegiales. En esas comunas es aún más impactante que en el total del país el trasvasamiento directo de votos de Duhalde a Binner entre las Primarias de agosto y la elección del domingo 23. En el conjunto del país, Duhalde atrajo a un millón y cuarto menos votantes que en las Primarias, y Binner un millón y medio más. En la provincia de Buenos Aires uno perdió 480 mil votos y el otro sumó 640 mil. En Recoleta, Duhalde perdió 19.775 votos y Binner ganó 17.048; en Palermo, el bañero de Lomas de Zamora retrocedió 24.112 votos y el médico rosarino avanzó 24.596 y en Núñez-Belgrano-Colegiales, el esposo modelo cedió 25.082 votos y la nueva esperanza blanca incrementó su cosecha en 28.525. Esto señala el fuerte carácter antikirchnerista, con especial anclaje en los sectores más acomodados, del Frente Antiinflacionario Progresista.

El gorilismo binnerista, digamos.

sábado, 29 de octubre de 2011

Neosocs

"Es preocupante esta vuelta del gorilismo", le apuntó Kunkel, que lo acusó de "querer proscribir al PJ", dijo que no era "ni medio gobernador" y le recomendó "dedicarse a solucionar los problemas" de Santa Fe. Eso decia Kunkel en mayo de 2008.

En las elecciones presidenciales de octubre de 2011, Binner perdió contra CFK en casi todo el país, incluida la ciudad de Santa Fe. Pero ganó por amplio margen en los barrios de Recoleta, Belgrano y Palermo de la CABA.

Kunkel tenía razón.

domingo, 2 de octubre de 2011

Nazionalismos

"Ninguna sociedad, ninguna cultura y ninguna religión son inmunes a alguna variedad de fascismo. Cada religión es fundamentalmente antiliberal porque es por definición una negación de la soberanía de la razón. El liberalismo, como el marxismo (en el sentido intelectual y moral, no económico), es un sistema racional de pensamiento. Pero el Islam, como el judaísmo o el catolicismo, no lo son. Cada sistema metafísico debe ser cuidadosamente vigilado y, si fuera necesario, neutralizado." (Zeev Sternhell, aquí)

Frases notables

Hay que dejar de tocar la guitarra y ponerse a trabajar. (Ricardo Alfonsín, el hijo del Padre de la Democracia).

Lo notable es que no se refería a sí mismo.

domingo, 25 de septiembre de 2011

El hombre que venía

Esto fué escrito en 2002, en "tiempos fuera de toda sospecha", cuando nadie sabía. Quien lo escribió ya no está, como tampoco está el protagonista del relato. Pero está lo que escribieron y lo que hicieron. De eso se trata, y "el pueblo", como decían esos trasnochados, lo sabe. Eso es lo que se vota el 23 de octubre, la victoria de las utopías, la definitiva derrota de los Caballeros de la Orden de la Vaca y de sus amanuenses, escribas y lenguaraces.

El politólogo Nicolás Casullo escribió esta nota en mayo de 2002, un año antes de que Néstor Kirchner llegara a la presidencia y antes incluso de que fuera realmente un candidato. El notable texto pinta el personaje que el gobernador patagónico podría llegar a ser y en muchos aspectos realmente fue.

"Néstor Kirchner representa la nueva versión de un espacio tan legendario y trágico como equívoco en la Argentina: la izquierda peronista. En su rostro anguloso, en su aire desorientado como si hubiese olvidado algo en la mesa del bar, Kirchner busca resucitar esa izquierda sobre la castigada piel de un peronismo casi concluido después del saqueo ideológico, cultural y ético menemista. Convocatoria kirchneriana por lo tanto a los espíritus errantes de una vieja ala progresista que hace mucho tiempo pensaba hazañas nacionales y populares de corte mayor.

Revolotean escuálidos los fantasmas de antiguas Evitas, CGT Framinista, caños de la resistencia, Ongaro, la gloriosa JP, la Tendencia, los comandos de la liberación, ahora sólo eso, voces en la casa vacía. Por eso un Néstor Kirchner patagónico, atildado en su impermeable, con algo de abogado bacán casado con la más linda del pueblo, debe lidiar con la peor (que no es ella, inteligente, dura, a veces simpática) sino recomponer, actualizar y modernizar el recuerdo de un protagonismo de la izquierda peronista que en los ’70 se llenó de calles, revoluciones, fe en el General, pero también de violencia, sangre, pólvora, desatinos y muertes a raudales, y de la cual el propio justicialismo en todas sus instancias hegemónicas desde el ’76 en adelante, renegó, olvidó y dijo no conocer en los careos historiográficos. De ahí que en las nuevas generaciones de jóvenes de los últimos 20 años, las crecidas entre Luder y Menem, aquel “peronismo de izquierda” no dejó datos ni rastros: las nuevas generaciones medias no alcanzan a descifrar ese rótulo como algo digno de ser pensado. Por eso, como espacio histórico dramático y fallido, lo de Kirchner tiene el signo de la nobleza, del respeto a una generación vilipendiada con el mote de puro guerrillerismo. Es fiel a una memoria fuerte del país que ningún peronista “referente” se animó a aludir en la nueva democracia, y también signo de aquellos fatalismos. Larga es la lista de enemigos internos y externos de esa izquierda nacional en el movimiento desde 1953 hasta hoy: los “cobardes, entreguistas, traidores, claudicantes, negociadores, burócratas, mariscales de la derrota, antipueblo” y finalmente esa extraña y exitosa ecuación de modernización y renovación justicialista que desembocó en el menemismo-liberal que enamoró a todos los poderes reales en la Argentina. Lista de defecciones tan eterna y concreta que casi terminó siendo, desde 1955, la historia real del peronismo. La de sus defecciones.

En esa temeraria pelea está inscripto hoy el santacruceño. Según muchos, Kirchner asume la responsabilidad de una pieza semiarqueológica: los militantes peronistas “setenteros”, ahora cincuentones, quienes viven la biografía del movimiento del ’45 como sentados en una estación abandonada y ventosa muy al sur del país por donde volverá a pasar, aunque todavía no se note, ni se crea, ni se oiga, aquel verdadero tren de la historia que algún día podrá llenar de humo purificador la patria.

Sentados en el andén vacío y destartalado, como a una hora señalada, los del grupo toman mate, hacen muñequitos de madera con las navajas, parrillan corderitos en la estación sin nadie, miran de soslayo por si se acerca alguien, y achican los ojos cada tanto con las manos de visera en pos de un imaginario punto negro, lejano, que se vaya agrandando sobre las vías con su silbato anunciador. La cuestión es no dar demasiados datos de esa espera. Por eso Kirchner habla rápido, a veces medio desprolijo, o deambula confusamente entre cámaras de noticiero tratando de coincidir con la memoria de los mártires, con el subsuelo del tercer cordón ex industrial, o con una histérica cacerolera de Belgrano R. Porque en realidad está diciendo algo difícil, complejo, discutible, pero a lo mejor por eso profundamente cierto en cuanto a por cuál sendero se sale realmente de este entuerto, donde el país se desbarranca por la ladera, perdida toda idea de sí mismo, toda imagen nacional.

Es posible que no sea candidato, o mejor dicho que no le alcance el envión entre los sueños solapados del presidente Duhalde, las encuestas optimistas de De la Sota, la coincidencia de los poderes con Reutemann, las infinitas “re-reelecciones” de Menem, el caradurismo simpático de Rodríguez Saá. Desgarbado, lungo, de palabra directa, está último en esa lista, cuando cada tanto viene del sur para exigir elecciones ya. Para decir que va por adentro o va por afuera pero no va a entrar en ninguna trenza. Lo converso con mis amigos y el 80 por ciento no lo ubica, lo semitienen en algún rincón de las imágenes del consciente pero no del todo. Les digo que es el fantasma de la tendencia que vuelve volando sobre los techos y sonríen como si les hablase de una película que no se va a estrenar nunca porque falta pagar el master.

Si rompe con el peronismo corre el eterno peligro de quedarse solo, ser simple izquierda, ser no “negocio”. Si se queda adentro, ya nadie sabe en qué paraje en realidad se queda: corre el peligro de no darse cuenta un día que él tampoco existe.

En ese maltrecho peronismo que vendió todas las almas por depósitos bancarios, Kirchner es otra cosa: insiste en dar cuenta de que ésta no fue toda la historia. Que hay una última narración escondida en los mares del sur."

domingo, 18 de septiembre de 2011

Ex director de La Nación: "La prensa es de derecha"

Son declaraciones de Marcelo Castillo, ex director del diario La Nación... de Santiago de Chile hasta marzo de 2010, cuando Sebastián Piñera llegó al poder y lo hizo cerrar. 

En la SIP, mutis por el foro.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Yo no fui

A juzgar por el gesto del que está a su izquierda, Méndez, más que preocupado por la sentencia, estaba asustado.

 

lunes, 12 de septiembre de 2011

Levantar la perdiz

Hoy leemos: Ayer, el titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, expresó su "preocupación" por la "premura" para tratar en el Congreso el proyecto, y expresó su temor de "caer en la xenofobia", por lo que reclamó un "análisis sereno y profundo" de la iniciativa. Los problemas que puede traer el manejo de la tierra existen. Pero no necesariamente tienen que ver con la nacionalidad del propietario", opinó.

Lo que está haciendo Biolcati, con estas declaraciones, es aplicar un viejo proverbio campestre: hacer como el tero, que en un lado pega los gritos y en otro pone los huevos. Y lo hace de modo inteligente: diciendo una verdad. Curiosamente, aunque por motivos muy distintos, coincide en parte con lo que se dice aquí: Hay “muchos otros indicadores de desigualdad que no se resuelven solo desde la cuestión de la nacionalidad del propietario”.

"Los sectores que más resistirían una discusión profunda sobre la distribución equitativa de la tierra son aquellos que la consideran un bien de renta agraria, un insumo empresarial, aquellos actores representados en las corporaciones agrarias nucleadas en la autodenominada mesa de enlace”. Esta afirmación pertenece a Silvia Lilian Ferro, doctora en Historia Económica e investigadora en temas de desarrollo rural, quien consideró que el proyecto de ley que pone límites a la venta de tierras rurales a extranjeros que envió la presidenta Cristina Fernández al Congreso es una “excelente puerta de entrada, no sólo por el tema en sí, que necesita ser ampliado, sino por la fuerte habilitación política para dar la discusión de fondo”.
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Respecto a esta discusión, Ferro consideró que “la nacionalidad de los adquirentes es uno sólo de los temas que afectan en la estructura de propiedad de la tierra en la Argentina, que es inequitativa y con rasgos de uso insostenible”, y explicó que hay “muchos otros indicadores de desigualdad que no se resuelven solo desde la cuestión de la nacionalidad del propietario”.
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 “La extranjerización es apenas un capítulo de lo que deberíamos tratar si queremos abordar algo que podamos llamar ley de propiedad de la tierra”, consideró. Por ello, propuso —entre otras cuestiones— establecer límites individuales a la tenencia en manos de ciudadanos argentinos. “Eso sí afectaría a la actual concentración desmedida y rentística sobre la propiedad de la tierra en el país”, definió.
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Ahora es mucho más clara la intención de Biolcati y, sobre todo, de los que le permiten ser el presidente da la Sociedad Rural a pesar de tener un apellido italiano: impedir que se produzca un debate sobre la cuestión de fondo, como lo es la democratización del acceso a los recursos naturales y, muy en particular, a la propiedad de la tierra. Y lo hace agitando el espantajo de la xenofobia y -me anticipo a lo que se viene- "denunciando" que se quiere reflotar el Consejo Agrario Nacional (CAN) del primer peronismo. Algo parecido a lo que hicieron con la Junta Nacional de Granos durante la Guerra Gaucha de 2008.

Entonces, a no enarbolar consignas patrioteras simplonas y berretas. El límite que impone el proyecto de ley es una condición necesaria pero no suficiente, es solo un primer paso para "dar vueltas a este país como una media", como dijo una vez uno que yo sé en una helada noche patagónica, allá lejos y hace tiempo.