sábado, 26 de marzo de 2011

El sucio trapo rojo

En 1975, ante el fracaso del plan económico de Celestino Rodrigo (cuyo ideólogo era Ricardo Zinn, la mano derecha de Martínez de Hoz de ahí a un año), empieza la conspiración de la derecha más reaccionaria, temerosa del rechazo masivo de esa política por parte de los trabajadores. La lúcida conclusión fué que había que aplastar cualquier resistencia al proyecto de recuperar la hegemonía perdida: En agosto de 1976, 14 meses después del Rodrigazo que dinamitó el gobierno de Isabel y 5 meses después del sangriento golpe, Zinn presentaba un libro suyo (La Segunda Fundación de la República) explicando su participación en la gestión justicialista, a la que consideraba “la más nefasta de la historia”. Señalaba allí que cuando un país cae en la decadencia, la única salida posible es el aniquilamiento de un modelo para reemplazarlo por otro. Esta tarea, la de arrasar con el modelo distribucionista de los ’70, es la “patriótica” tarea que Zinn tomó a cargo al incorporarse, cual si fuera un caballo de Troya, en el gobierno justicialista. Lo logró y le abrió el camino a la llegada de la dictadura refundadora. 

Ese año se realizaron 5 lockouts de alcance nacional organizados por Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria y la Sociedad Rural (SRA) y 10 paros regionales, con cortes de ruta, movilizaciones y llamados a la rebelión fiscal. En ese marco se crea la Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias (APEGE), que tiene como objetivo preparar el clima social y político que facilite la tarea de los golpistas, que en ese momento ya estaban haciendo sus planes operativos. Se fijaron un programa que incluía, entre otros puntos, eliminar los factores que impedían aumentar la productividad, tanto jurídicos como sindicales

Días atrás, con un alarde de tempismo envidiable, Mario Llambías recordó con nostalgia esos días gloriosos y llamó a repetir la gesta, tentativo que les falló en 2008, aún contando con la ayuda del vicepresidente Cobos y de la Cadena Nacional de Medios Privados. El mismo esquema, el mismo modus operandi, las mismas consignas de 1975, pero con una novedad: es la primera vez que se usa el mismo lenguaje de las arengas castrenses usadas durante la dictadura terrorista con la cual colaboraron CRA y la SRA aportando “sus mejores hombres”. Llambías dijo que “hay muchos que quieren remplazar nuestra bandera nacional por un sucio trapo rojo”, y que quedan pocos meses para revertir la situación: Y hoy acá, nos quieren destruir para poner poner un proyecto que va en contra de lo que todos nosotros defendemos. Y ahi es donde tenemos que trabajar, y tenemos que trabajar muchísimo. Si en estos 6-7 meses que faltan no logramos explicarle a la gente que es lo que nos va a pasar, que es lo que queremos corregir, que queremos sumar para generar fuerzas de trabajo, para generar posibilidades de una convivencia mejor entre todos, y no que se siga persiguiendo a la gente con la Justicia, que se siga poniendo trabas a la producción. Tenemos seis meses, no sé cuantas curvas hay, ojo que en las rectas también se nos puede salir una rueda, pero trabajemos, yo tengo la esperanza, y yo digo esperanza porque una vez Santiago Kovadloff me enseñó que decir que uno es optimista es porque cree que la situación va a cambiar sola, y la esperanza nos exige a todos nosotros poner esfuerzo para que cambie. 

Ojo con estos argentinos mal nacidos, cuando se ponen a trabajar es una muy mala señal. Los Ministerios del Interior y de Serguridad van tener que estar muy atentos en estos 6-7 meses, porque los "trabajadores" de la SRA, CRA, AEA junto a sus compañeros de ruta como la CTA de Micheli/De Gennaro y el PO de Altamira, todos bajo la tutela espiritual de los señores obispos escandalizados por la pobreza, van a disparar con munición pesada contra un gobierno decidido a llevar adelante "un proyecto que va en contra de lo que todos nosotros defendemos", Llambías dixit.

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