martes, 8 de marzo de 2011

Gente seria

Leemos:  WASHINGTON.- En un ambiente formal, destinado a analizar en el Fondo Monetario Internacional (FMI) la crisis global, algunos gestos generaron ayer un debate más relajado, aunque sin un auténtico tono autocrítico. El primero fue la llegada del jefe del FMI, Dominique Strauss-Kahn, en jeans y sin afeitarse, para abrir el seminario del organismo que congregó a varios premios Nobel de Economía. "Me tienen que disculpar; mi avión desde Brasil se atrasó y no pude cambiarme", dijo el funcionario francés tras su gira regional, que excluyó a la Argentina.

El segundo fue que, en un auditorio dominado por los trajes grises, se destacaron los colores de los vestidos de ex funcionarias del FMI ligadas a la Argentina: Anne Krueger y Teresa Ter Minassian eligieron el violeta y el turquesa, respectivamente.

El tercero es que cuando La Nacion preguntó por qué los economistas suelen destacar el desempeño de los países emergentes en esta crisis sin incluir a la Argentina, la respuesta de los panelistas fue irónica y provocó risas en el auditorio.


Los economistas del FMI se ríen de la Argentina y la Argentina de ríe de los economistas del FMI. El pueblo griego, obligado por su gobierno a sufrir las políticas del FMI, no parece tener mucho de qué reír.

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